I. Proposiciones evidentes en sí mismas: una proposición es evidente en sí misma cuando en la esencia del objeto al que se refiere se encuentra la propiedad mentada en el predicado, (o de otro modo: en el concepto sujeto se incluye el concepto predicado); así “los hombres son animales racionales” es evidente en sí misma pues en la esencia de los hombres se encuentra la nota o propiedad de ser racional:
Proposiciones evidentes en sí mismas y para nosotros: son aquellas en las cuales el predicado se incluye en el sujeto y en las que, además, vemos con evidencia que esto es así. El ejemplo anterior se incluiría en este grupo, como también las proposiciones “los triángulos tienen tres ángulos” y “los hombres son animales sociales”.
Proposiciones evidentes en sí mismas y no evidentes para nosotros: son aquellas proposiciones en las cuales el predicado se incluye en el sujeto pero en las que no vemos con evidencia dicha relación. Puede ocurrir que la misma proposición sea evidente en sí misma (pues describe una propiedad esencial) y para algunos sea evidente y para otros no; por ejemplo, dice Santo Tomás, aquellas personas que desconocen la esencia o concepto de lo incorpóreo pueden considerar que la proposición “lo incorpóreo no ocupa lugar” es falsa, pero aquellas que lo comprenden ven que es verdadera.
II. Proposiciones no evidentes en sí mismas: en ellas el predicado no se incluye en el sujeto (o dicho de otro modo: la propiedad no es una propiedad esencial); “los teólogos son aburridos” es un ejemplo de este tipo pues en el concepto sujeto (ser teólogo) no se encuentra la propiedad de ser aburrido, como lo muestra el hecho de que puede haber teólogos divertidos.
Estubo bien vueno el post. Me ayudo muxo.
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