Fragmentos de los presocráticos

Aquí están según la recopilación de Kirk y Raven.
Aquí, según la recopilación de Diels y Kranz.
Y aquí, el original.
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2. Gran lista de vídeos en inglés, aquí

Tales:

  1. "La mayoría de los primeros filósofos consideró que los principios de todas las cosas son solo los que tienen aspecto material […] En cuanto a la cantidad y a la forma de tal principio, no todos dicen lo mismo, sino que Tales, el iniciador de este tipo de filosofía, afirma que es el agua, por lo que también declaró que la tierra está sobre el agua. Concibió tal vez esta suposición por ver que el alimento de todas las cosas es húmedo y porque de lo húmedo nace del propio calor y por él vive. Y es que aquello de lo que nacen es el principio de todas las cosas. Por eso concibió tal suposición, además de porque las semillas de todas las cosas tienen naturaleza húmeda y el agua es el principio de la naturaleza para las cosas húmedas".  (Aristóteles, en Metafísica)
  2. "Así por lo tanto, el agua para Tales es, el origen de todo, está llena de dioses y tiene vida propia». Y de manera parecida a que con el agua razona para con las piedras imán: como estas se mueven solas, piensa que están vivas, o que «hay algo vivo en ellas».
  3. "Algunos afirman que el alma se halla entreverada en el todo. Posiblemente por este motivo es por el que Tales pensó que todo estaba lleno de númenes." (Aristóteles, en Acerca del alma)
  4. "Parece que también Tales, según cuentan, supuso que el alma era algo capaz de producir movimiento, si es que afirmó que la piedra imán tiene alma porque mueve al hierro" (Aristóteles.)

 Anaximandro:

Lo «ápeiron»

Lo ápêiron como contenido del arché

  1. "entre los que dicen que es uno, en movimiento e infinito, Anaximandro de Mileto, hijo de Praxíades, que fue sucesor y discípulo de Tales, dijo que el principio y elemento de todas las cosas existentes era lo ápeiron [indefinido o infinito], y fue el primero que introdujo este nombre de «Arché» o principio. Afirma que este no es agua ni ningún otro de los denominados elementos, sino alguna otra naturaleza ápeiron, a partir de la cual se generan todos los cielos y los mundos que hay en ellos. Ahora bien, a partir de donde hay generación para las cosas, hacia allí también se produce la destrucción, «según la necesidad; en efecto, se pagan mutuamente culpa y retribución por su injusticia, de acuerdo con la disposición del tiempo», hablando así de estas cosas en términos más bien poéticos."(D-K 12 A 9) SimplicioFís. 24, 13-25: 
  2. Anaximandro, compañero de Tales, dice que lo ápeiron es la causa entera de la generación y destrucción de todo. (D-K 12 A 10) Ps. PlutarcoStrom., 2)
  3. Anaximandro... este dijo que el principio y elemento de las cosas es lo ápeiron, siendo el primero que utilizó este nombre de principio(D-K 12 A 11) Hipólito, Ref., I 6, 2
  4. Anaximandro... dijo que el principio de las cosas es lo ápeiron, pues a partir de él se generan todas las cosas y en él todas perecen.  (12 A 14) Aecio, I, 3, 3

Ápeiron como mezcla y como elemento intermedio

  1. "algunos piensan que de lo uno se separan los opuestos, como dicen Anaximandro y cuantos afirman que existe lo uno y lo múltiple, como Empédocles y Anaxágoras: pues ellos separan también las demás cosas a partir de la mezcla" (D-K 12 A 16) Arist., Fís. I 4, 187a 
  2. "algunos dicen que la materia sustrato de estos [cuerpos sensibles] es una, pensando que es aire o fuego o algo intermedio (metaxù) entre estos".  Arist., De gen. y corr. II 1, 328b, 34-35
  3. "No es de uno solo de estos [cuatro elementos] de donde proceden todas las cosas, ni tampoco de algo aparte de estos, tal como algo intermedio (méson) entre aire y agua o entre aire y fuego, más denso que el aire y el fuego, y más sutil que los otros..., de donde se sigue que no es posible que [lo intermedio] se reduzca jamás a uno solo, tal como algunos dicen de lo ápeiron y de lo abarcante.  Arist., De gen. y corr. II 5, 332a, 19-25

El gónimos y la generación de los contrarios

  1. "Dice también que, en la generación de este cosmos, el germen (tò gónimon) de lo caliente y lo frío fue segregado de lo eterno, y que de ello surgió una esfera de llamas en torno al aire que circunda a la tierra, como una corteza en torno al árbol; al romperse [la esfera] y quedar encerradas [sus llamas] en algunos círculos, se formaron el sol, la luna y los astros"  (D-K 12 A 10) Ps. Plutarco, Strom, 2
  1. [Anaximandro] no deriva la generación de la alteración del elemento, sino de la separación de los contrarios por obra del movimiento eterno. Por eso Aristóteles lo conecta con los discípulos de Anaxágoras(D-K 12 A 9) Simplicio, Fís. 24, 23-25:
  2. "no explica las generaciones por alteración del sustrato, sino por separación, pues los contrarios están contenidos en el sustrato, que es un cuerpo ápeiron, y se separan, según dice Anaximandro, el primero que llamó principio al sustrato. Los contrarios son: lo caliente, lo frío, lo seco, lo húmedo, y otros."  Simplicio, Fís. 150, 20-25

Lo ápeiron como diferente de los cuatro elementos

  1. "hay algunos, en efecto, que suponen que esto [lo que existe fuera de los elementos] es ápeiron, y no aire o agua, de modo que los demás elementos no sean destruidos por ser ápeiron uno de ellos, ya que los elementos son contrarios entre sí: como por ejemplo, el aire es frío, el agua húmeda, el fuego caliente; y si uno fuera ápeiron, los otros serían destruidos. Por eso dicen que aquello de lo que proceden estos es distinto".    (D-K 12 A 16) Arist., Fís. G 5, 204b
  2. "Y que ninguno de los elementos puede ser ápeiron es evidente también porque Anaximandro, deseando que el elemento fuera ápeiron, no propuso que fuera aire, fuego o alguno de los cuatro elementos; porque al comportarse estos contrariamente entre sí, si alguno de ellos fuera ápeiron, sus contrarios serían destruidos por él"Simpl., Fís. 479-480

El Cosmos

  1. "Anaximandro, Metrodoro de Quíos y Crates de Malos dicen que arriba de todo está apostado el Sol, después de él la Luna y bajo ellos las estrellas fijas y los planetas".   (D-K 12 A 18) Aecio, II, 15, 6: 
  2. "Anaximandro dice que los astros son arrastrados por los círculos y las esferas sobre las cuales cabalga cada astro"(D-K 12 A 18) Aecio, II, 16, 5)
  3. "los astros se generan como un círculo de fuego, separándose del fuego del mundo, circundado cada uno por aire... El círculo del Sol es 27 veces mayor que el de la Tierra y 18 el de la Luna".  (D-K 12 A 11) Hipólito, Ref., I 6, 4
  4. "Anaximandro dice que el eclipse de sol se produce al obstruirse la abertura de exhalación del fuego".  (D-K 12 A 21) Aecio II, 24, 2
  5. "la Tierra está suspendida en el aire, y nada la sostiene. Permanece en su sitio a causa de su equidistancia de todas las cosas"(D-K 12 A 11) Hipólito, Ref. I, 6, 3
  6. "dice que la Tierra tiene forma cilíndrica, y su espesor (altura) es un tercio de su anchura".  (D-K 12 A 10) Ps. Plutarco, Strom., 2
  7. "su forma [la de la Tierra], es circular, redonda, semejante a una columna de piedra; nosotros nos movemos en una de sus superficies planas, pues hay otra antípoda".  (D-K 12 A 11) Hipólito, Ref. I, 6, 3
  8. "Anaximandro dice que la Tierra se parece a una columna de piedra"(D-K 12 A 25) Aecio, III, 10, 2
  9. "en efecto, algunos de ellos dicen que el mar es un residuo de la humedad primitiva; pues el espacio que rodeaba a la tierra era húmedo. Después una parte de la humedad se evaporó a causa del sol y se convirtió en vientos, y, por ello también, en rotaciones del Sol y de la Luna,... En cuanto a la parte que quedó en las concavidades de la tierra, es mar. Por lo cual, al ser secado por el Sol, va disminuyendo y llegará un momento en que se secará totalmente. De esta opinión, según narra Teofrasto, fueron Anaximandro y Diógenes".  (D-K 12 A 27) Alejandro, In Arist. Meteor., 67, 3 

Origen de los animales y del hombre

  1. "Anaximandro dice que los primeros seres vivientes nacieron en lo húmedo, rodeados por cortezas espinosas, pero al avanzar en edad, se trasladaron a lo más seco, y al romperse la corteza, vivieron, durante un poco tiempo, una vida distinta"(D-K 12 A 30) Aecio, V, 19, 4
  2. "dice además que el hombre, originariamente, surgió de animales de otras especies, porque las demás especies se alimentan pronto por sí mismas, y solo el hombre necesita de un largo período de crianza. Por ello, si originariamente hubiera sido como es [ahora], no hubiera podido sobrevivir". (D-K 12 A 10) Ps. Plutarco, Strom., 2
  3. "Anaximandro de Mileto opinaba que del agua y la tierra calientes se originaron unos peces o animales similares a peces: en estos los hombres crecieron retenidos en su interior, como si fueran fetos, hasta la pubertad; solo entonces se rompieron aquellos y surgieron hombres y mujeres que ya podían alimentarse".   (D-K 12 A 30) Censorino, 4, 7

Pluralidad de mundos

  1. "Anaximandro... dice que lo ápeiron es la causa entera de la generación y destrucción de todo, a partir de lo cual —dice— se segregan los cielos y en general todos los mundos, que son infinitos".   (D-K 12 A 10) Ps. Plutarco, Strom., 2
  2. "Pues los que supusieron que los mundos eran infinitos en número, como los seguidores de Anaximandro, Leucipo y Demócrito y, después de ellos, los de Epicuro, supusieron que nacían y perecían durante un tiempo infinito, naciendo siempre unos y pereciendo otros; y afirmaban que el movimiento era eterno..."   (D-K 12 A 17) Simplicio, Fis. 1121, 5
  3. "no pensó (Anaximandro) que cada cosa naciera de una sola, como Tales del agua, sino de sus propios principios, y creyó que los principios de las cosas singulares eran infinitos y daban origen a mundos innumerables y a cuantas cosas que en ellos nacen; y sostuvo que estos mundos, ora se disuelven, ora nacen otra vez, según la edad a la que cada uno pudo sobrevivir". (D-K 12 A 17) Agustín., Civ. Dei, VIII, 2


Anaxímenes:   

 El aire es la sustancia originaria y la forma básica de la materia; cambia por condensación y rarefacción.  
  1. "Anaxímenes de Mileto, hijo de Euristrato, fue discípulo de Anaximandro y, según algunos, también de Parménides. Dijo que el principio material era el aire y lo infinito y que los astros no se mueven bajo la tierra, sino en torno a ella. Empleo una dicción jonia simple y concisa. Vivió, según la información de Apolodoro, hacia la época de la toma de Sardes y murió en la Olimpiada" (Diógenes Laercio, ii 3, 138)
  2. "Anaxímenes y Diogenes hacen del aire más que del agua el principio material por encima de los otros cuerpos simples" (Aristóteles, Met. A 3, 984 a 5 ).   
  3. "Anaxímenes de Μileto, hijo de Eurístrato, compañero de Anaximandro, dice, como éste, que la naturaleza sustante es una e infinita, mas no indefinida, como él, sino definida y la llama aire; se distingue en su naturaleza sustancial por rarefacción y condensación. Al hacerse más sutil se convierte en fuego y en viento, si se densifica más, a continuación en nube; si se condensa más se convierte en agua, luego en tierra, después en piedras y el resto de los seres surgen de estas sustancias. Hace también eterno al movimiento, por cuyo medio nace también el cambio" (Teofrasto, ap. Simplicium Fís. 24, 26  )
Lo caliente y lo frío se deben a la rarefacció y la condensación
  1. "..concedamos que ni lo frío ni lo caliente pertenecen a la sustancia, como pensó Anaxímenes cuando era viejo, sino que son disposiciones comunes de la materia que sobrevienen en los cambios; pues afirma que lo que se comprime y se condensa es frío, mientras que lo que es raro y «laxo» (por emplear sus propias palabras) es caliente. Por lo que no carece de fundamento su afirmación de que el hombre emite lo caliente y lo frío por la boca: el aliento se enfría cuando se comprime y se condensa con los labios, pero, cuando se abre la boca, el aliento se escapa y se calienta por su rarefacción. Aristóteles atribuye esta teoría a su ignorancia [de Anaximenes]... "   Plutarco, de prim. frig. 7, 947 F (DK 13 Β 1)    (Cf. Pro-blemata 34, 7, 964 a 10.)
El aire es divino
  1. "Después Anaxímenes determinó que el aire es un dios, que tiene nacimiento, es inmenso e infinito y está siempre en movimiento, como si el aire sin forma alguna pudiera ser un dios... o todo lo que tiene nacimiento no fuera mortal". (Cicerón, N. D. i 10, 26 )  
  2. "Anaximenes (dice que) el aire (es dios); es necesario entender,  respecto a los que así se expresan, (que se refieren a) las fuerzas que penetran completamente los elementos o los cuerpos".    (Aecio, i 7-13)
  3. "Éste (Anaximandro) dejó por discípulo y sucesor a Anaximenes, quien atribuyo las causas todas de las cosas al aire infinito y no negó la existencia de los dioses ni se calló respecto a ellos; no creyó, sin embargo, que ellos produjeran el aire, sino que ellos mismos nacieron de él." S. Agustín, C. D. viii
Cosmogonía
  1. "...y todas las cosas nacen mediante una cierta condensación y rarefacción posterior de éste [el aire]. El movimiento, en efecto, existe desde siempre; dice  que cuando  el aire se contrae,  nace,  en primer lugar,  la tierra, completamente plana, que, en consecuencia, cabalga sobre el aire; y que el sol, la luna y los demás cuerpos celestes tienen el origen de su generación en la tierra. Declara, pues, que el sol es tierra y que, debido a su rápido movimiento, logra el suficiente calor."  (Ps.-Plutarco, Strom. 3 (cf. DK 13 A 6)
  2. "Los cuerpos celestes han nacido de la tierra, debido a la humedad que de ésta surge; cuando la exhalación se rarifica, nace el fuego y del fuego elevado a lo alto se componen las estrellas."  (Hipólito, Ref i 7, 5)
El alma es aire
  1. "Anaxímenes de Muelo, hijo de Eurístrato, declaro que el principio de las cosas existentes es el aire; pues de éste nacen todas las cosas y en él te disuelven de nuevo. Y así como nuestra alma, que es aire, dice, nos mantiene unidos, de la misma manera el viento (o aliento) envuelve a todo el mundo. Se equivoca también cuando cree que los seres vivos se componen de aire y viento simple y homogéneo..." (Aecio, i  3,  4   (Para continuación cf. DK13B2.))

Pitágoras:


La Santa Tetraktys pitagórica
  1. La Unidad: Lo Divino, origen de todas las cosas. El ser inmanifestado.
  2. La Díada: Desdoblamiento del punto, origen de la pareja masculino-femenino. Dualismo interno de todos los seres.
  3. La Tríada: Los tres niveles del mundo: celeste, terrestre, infernal, y todas las trinidades.
  4. El Cuaternario: los cuatro elementos, tierra, aire, fuego y agua, y con ellos la multiplicidad del universo material.

 

Los números
  1. «Pitágoras más que nadie parece haber honrado y avanzado en el estudio de los números, arrebatándoles su uso a los mercaderes y equiparando todas las cosas a los números» (Jenócrates)
  2. "El principio de todas las cosas es la mónada o unidad; de esta mónada nace la dualidad indefinida que sirve de sustrato material a la mónada, que es su causa; de la mónada y la dualidad indefinida surgen los números; de los números, puntos; de los puntos, líneas; de las líneas, figuras planas; de las figuras planas, cuerpos sólidos; de los cuerpos sólidos, cuerpos sensibles, cuyos componentes son cuatro: fuego, agua, tierra y aire; estos cuatro elementos se intercambian y se transforman totalmente el uno en el otro, combinándose para producir un universo animado, inteligente, esférico, con la tierra como su centro, y la tierra misma también es esférica y está habitada en su interior. También hay antípodas, y nuestro ‘abajo' es su ‘arriba'" (Diógenes Laercio, Vitae philosophorum VIII, 15.)
  3. «Estos filósofos notaron que todos los modos de la armonía musical y las relaciones que la componen se resuelven con números proporcionales». (Aristóteles, Metafísica)
  4. "Nutridos de ella (la matemática), creyeron que su principio fuera el de todas las cosas. Ya que los números por su naturaleza son los primeros que se presentan en ella, les pareció observar en los números semejanzas con los seres y con los fenómenos, mucho más que en el fuego, o en la tierra o en el agua y como también veían en los números las determinaciones y las proporciones de las armonías y como, por otra parte, les parecía que toda la naturaleza estaba por lo demás hecha a imagen de los números, y que los números son los primeros en la naturaleza, supusieron que los elementos de los números fuesen los elementos de todos los seres y que el universo entero fuese armonía y número. Y todas las concordancias que podían demostrar en los números y en las armonías con las condiciones y partes del universo y con su ordenación total, las recogieron y coordinaron." Aristóteles.
Educación
  1. «[Pitágoras] hacía comenzar la educación por la música, por medio de ciertas melodías y ritmos, gracias a los cuales sanaba los rasgos de carácter y las pasiones de los hombres, atraía la armonía entre las facultades del alma». (Jámblico, Vida pitagórica)



Heráclito:   

  1. «Que todas las cosas se hacen por contrariedad, y todas fluyen a manera de ríos. Que el universo es finito. Que el mundo es único, es producido del fuego y arde de nuevo de tiempo en tiempo alternadamente todo este evo. Que esto se hace por el hado. Que de los contrarios, aquel que conduce las cosas a generación se llama guerra y lucha o contención, y el que al incendio, concordia y paz. Que la mutación es un camino hacia arriba y hacia abajo, y según éste se produce el mundo. Que el fuego adensado se transforma en licor, y adquiriendo más consistencia para en agua. Que el agua condensada se vuelve tierra, y éste es el camino hacia abajo. Liquídase de nuevo la tierra y de ella se hace el agua, de lo cual provienen casi todas las demás cosas» Diógenes Laercio
  2. HERÁCLITO DE ÉFESO   FRAGMENTOS 
    1. Siendo que esta razón es siempre como es, los hombres se hacen incapaces de comprenderla, tanto antes de haberla oído como tras haberla oído la primera vez. Pues, aunque todo acontece según esta razón, parecen inexpertos siendo que tienen experiencia de palabras y obras tales como las que yo expongo, distinguiendo cada una de acuerdo con su naturaleza y mostrando cómo es; pero a los demás hombres se les escapan cuantas cosas hacen despiertos, igual que se olvidan de cuantas hacen cuando están dormidos. 
    2. Por lo cual hay que seguir a lo que es común; común es lo público; pero, siendo la razón común, la mayoría vive como si tuvieran una inteligencia privada. 
    3. Según Heráclito, el tamaño del sol es del ancho de un pie humano. 
    4. Heráclito dijo que, si la felicidad consistiera en placeres corporales, diríamos que los bueyes son felices, cuando encuentran arvejas para comer.   
    5. Se purifican con sangre estando manchados de otra sangre, como si alguien, chapoteando en el fango, se limpiara con fango: se diría que ha enloquecido, si algún hombre lo sorprendiera actuando de ese modo. Y elevan plegarias a esas estatuas: es como si alguien conversara con casas, sin tener idea de dioses ni héroes ni saber qué son. 
    6. El sol es nuevo cada día.  
    7. Si todas las cosas se convirtieran en humo, las narices las distinguirían. 
    8. Lo opuesto es conveniente, y de los elementos dispares surge la armonía más hermosa, y todo sucede según discordia. 
    9. Los asnos preferirían paja antes que oro. 
    10. Conexiones: enteros y no enteros, convergente divergente, consonante disonante, de todas las cosas uno y de uno todas las cosas. 
    11. Todo animal que se arrastra es gobernado con bastón. 
    12. Aguas siempre diferentes afluyen sobre quienes entran en los mismos ríos.  
    13. Los cerdos disfrutan más en el cieno que en el agua limpia. 
    14. A los noctívagos, magos, cofrades de Dioniso, iniciados en los misterios... se inician de forma impía en lo que se considera misterio entre los hombres 
    15. Si no hicieran la procesión en honor a Dioniso y cantaran un himno a las partes pudendas, se comportarían de modo impúdico.  Pero el mismo es Hades y Dioniso, por el que enloquecen y celebran bacanales. 
    16. ¿Cómo podría uno ocultarse de lo que no se pone nunca? 
    17. La mayoría no piensa cosas tales como aquellas con que se topan, ni aun tras haberlas aprendido las conocen, aunque les parece que sí.   
    18. Si no se espera lo inesperado, no se hallará, siendo como es inextricable y de difícil acceso. 
    19. No sabiendo escuchar ni tampoco hablar. 
    20. Una vez que han nacido quieren vivir y tener la parte que les toca, o más bien descansar, y dejan tras de sí hijos para que obtengan la parte que les toca. 
    21. Muerte es cuantas cosas vemos cuando despertamos, cuantas vemos dormidos es sueño. 
    22. Los buscadores de oro remueven mucha tierra y encuentran poco. 
    23. El nombre de Dike no conocerían si estas cosas no existieran. 
    24. A los muertos en la guerra los dioses y los hombres los honran.   
    25. Suertes más grandes alcanzan destinos más grandes. 
    26. Un hombre en la noche enciende una luz para sí, aunque tenga apagados sus ojos; viviendo entra en contacto con el muerto mientras duerme, despierto entra en contacto con el que duerme. 
    27. A los hombres tras la muerte les aguardan cosas que ni esperan ni sospechan. 
    28. El más digno de estima conoce y custodia opiniones. Dike condenará a los fabricantes y testigos de falsedades. 
    29. Los mejores optan por una sola cosa entre todas: gloria perpetua entre mortales; pero la mayoría se sacia como ganado. 
    30. Este mundo, el mismo para todos, ninguno de los dioses ni de los hombres lo ha creado, sino que fue siempre, es y será, fuego siempre vivo, que se enciende con medida y se apaga con medida. 
    31. Cambios del fuego: en primer lugar mar; del mar la mitad tierra y la mitad vapor ígneo. El mar se dispersa y se mide con la misma razón que existía antes de que se transformara en tierra. 
    32. Una sola cosa, la sabiduría, no quiere y quiere que se le llame con el nombre de Zeus. 
    33. Es ley también obedecer la voluntad de uno. 
    34. Incapaces de comprender tras haber escuchado, se parecen a sordos; un proverbio da testimonio de ellos: estando presentes están ausentes. 
    35. Es preciso que los varones amantes de la sabiduría tengan conocimiento de muchas cosas.  
    36. Para las almas es muerte transformarse en agua; para el agua es muerte transformarse en tierra; pero de la tierra se origina el agua y del agua el alma. 
    37. Los cerdos se lavan en el cieno, las aves de corral en el polvo o la ceniza. 
    38. Parece que (Tales) fue el primero en estudiar astronomía.
    39. Erudición no enseña inteligencia; pues, de ser así, se la habría enseñado a Hesíodo y a Pitágoras y, a su vez, a Jenófanes y a Hecateo. 
    40. La sabiduría consiste en una sola cosa: conocer la inteligencia que guía todas las cosas a través de todas. 
    41. Homero merece ser expulsado de las competiciones y azotado; y lo mismo Arquíloco. 
    42. Es necesario extinguir la desmesura más que un incendio. 
    43. Es necesario que el pueblo luche por la ley, por la que hay, como por una muralla de la ciudad. 
    44. Si vas a los límites del alma no darás con ellos, aunque no dejes camino por recorrer; hasta tal punto es profunda su razón.   
    45. La opinión es una enfermedad sagrada y la vista engaña.
    46. No especulemos al azar sobre los temas más importantes. 
    47. El nombre del arco significa vida, pero su obra es muerte. 
    48. Uno solo para mí vale por diez mil, si es óptimo. 
    49. En los mismos ríos entramos y no entramos, somos y no somos. 
    50. Tras haber escuchado, no a mí, sino a la razón, es sabio convenir en que todo es uno. 
    51. No comprenden cómo difiriendo concuerda consigo mismo: armonía de fuerzas opuestas, como la del arco y de la lira.
    52. El tiempo es un niño que juega, moviendo fichas en un juego: reinado de un niño.
    53. Guerra es padre de todos y rey de todos: a unos los ha mostrado como dioses y a otros como hombres; a unos los ha hecho esclavos y a otros libres.
    54. La armonía invisible mejor que la visible.
    55. Cuantas cosas se pueden ver, oír y aprender: esas son mis preferidas. 
    56. Se engañan los hombres en relación con el conocimiento de las cosas visibles, como ocurrió con Homero, que llegó a ser más sabio que todos los griegos. Pues a éste unos niños que mataban piojos lo engañaron diciéndole: “todo aquello que hemos visto y cogido, lo hemos dejado, pero todo lo que no hemos visto ni cogido, lo llevamos”.
    57. Maestro de la gran mayoría es Hesíodo: creen que este sabe muchas cosas, él que no conocía el día y la noche; pues son una sola cosa. 
    58. Los médicos, que sajan y cauterizan, que torturan de todos los modos posibles, se lamentan por no recibir un salario digno, cuando producen el mismo efecto que las enfermedades.  
    59. El camino del rodillo de cardar recto y curvo: es uno y el mismo. 
    60. El camino arriba y abajo es uno y el mismo. 
    61. Mar, agua la más pura y la más contaminada: para los peces, potable y salvadora, pero para los hombres, impotable y letal. 
    62. Inmortales mortales, mortales inmortales, viviendo la muerte de aquéllos, muriendo la vida de aquellos. 
    63. Ante él se levantan y se hacen guardianes despiertos de vivos y de muertos. 
    64. El Rayo lleva el timón de todas las cosas. 
    65. Carencia y saciedad. 
    66. Al llegar el fuego, juzgará y se hará cargo de todas las cosas. 
    67. El dios: día noche, verano invierno, guerra paz, saciedad hambre; se altera como el fuego que, cuando se mezcla con aromas, se denomina por la fragancia de cada uno. 
    68. Como la araña que está en el medio de la tela siente de inmediato cuando una mosca rompe algún hilo y corre rápidamente hacia allí, como doliéndose de la rotura del hilo, del mismo modo el alma del hombre, lesionada alguna parte del cuerpo, va presurosa hacia allí como si no soportara la lesión del cuerpo, al que está unida firme y proporcionalmente. 
    69. En los ritos sagrados, por contemplar y escuchar obscenidades, nos liberamos del daño que nos causaría si las lleváramos a la práctica. Así pues, con el fin de curar el alma que hay en nosotros y de moderar los males que han crecido en ella por causa de la generación, con el fin de liberarla y desligarla de las cadenas, por esta causa se realizan tales ritos. Precisamente por esta razón Heráclito los llamó remedios, como que remedian las desgracias y exoneran a las almas de los males de la generación.
    70. Establezco dos tipos de sacrificios: uno, los de los hombres totalmente purificados, tal como podría ocurrir raramente en un solo caso, como dice Heráclito, o en algunos pocos varones, que se pueden contar con facilidad; otro, los sacrificios materiales, corporales,... 
    71. Heráclito ha considerado que las opiniones humanas son juguetes de niños.
    72. Recordar al que olvida a dónde lleva el camino. 
    73. De aquello con lo que tienen continua relación se separan y les parece extraño lo que se encuentran a diario.
    74. No se debe actuar ni hablar como los que están dormidos. 
    75. No hay que (actuar y hablar) como hijos de nuestros progenitores. 
    76. Los que duermen son artífices y cooperadores de lo que ocurre en el mundo. 
    77. El fuego vive la muerte de la tierra, y el aire vive la muerte del fuego, él agua vive la muerte del aire y la tierra la del agua.  Muerte de la tierra volverse agua, muerte del agua volverse aire y muerte del aire volverse fuego, y viceversa.  Para las almas es muerte volverse agua, para el agua es muerte volverse tierra; pero de la tierra nace el agua y del agua, el alma. 
    78. Para las almas es placer o muerte volverse húmedas... y... nosotros vivimos la muerte de ellas y ellas viven nuestra muerte. 
    79. El carácter humano no cuenta con recto pensar, el divino, en cambio, sí. 
    80. El hombre se ha dicho que es pueril frente a la divinidad, tal como el niño frente al varón. 
    81. Es preciso saber que la guerra es común, y la justicia discordia, y que todas las cosas suceden por discordia y necesidad. 
    82. (Pitágoras) iniciador de trampas.
    83. El mono más bello es feo al compararlo con la especie de los hombres, pero también el hombre más sabio en relación con dios parece un mono tanto en sabiduría como en belleza y en todo lo demás. 
    84. Al cambiar se descansa. 
    85. Es fatiga trabajar en las mismas cosas y ser dominado. 
    86. Difícil es luchar contra el deseo: pues lo que quiere lo compra a precio de vida. 
    87. Por desconfianza la mayor parte de las cosas divinas evitan que se las conozca. 
    88. Un hombre necio le place dejarse impresionar por cualquier palabra. 
    89. Una misma cosa es viva y muerta, lo despierto y lo dormido, joven y vieja; pues estos al cambiar son aquéllos y aquéllos al cambiar son estos. 
    90. Los despiertos tienen un mundo único y común, pero de los que duermen cada uno se vuelve hacia su mundo privado. 
    91. Por fuego se cambian todas las cosas y el fuego por todas, como se cambian mercancías por oro y oro por mercancías. 
    92. En el mismo río no es posible entrar dos veces. 
    93. La Sibila, por su boca enloquecida, sin sonrisa, sin maquillaje y sin perfume, llega hasta los mil años con su voz gracias al dios. 
    94. El señor que tiene su oráculo en Delfos no dice ni oculta, sino que da señales. 
    95. El sol no traspasará sus límites; porque si no, las Erinias, asistentes de Dike, lo descubrirán. 
    96. La ignorancia es mejor ocultarla que hacerla pública. 
    97. Los cadáveres han de desecharse más que si fueran excrementos. 
    98. También los perros ladran al que no conocen.
    99. Las almas tienen olfato en el Hades. 
    100. Si no hubiera sol, por causa de los otros astros sería de noche. 
    101. Las estaciones que llevan todas las cosas. 
    102. Me investigué a mí mismo. 
    103. Pues los ojos son testigos más exactos que los oídos.
    104. Para el dios todas las cosas son bellas, buenas y justas, pero los hombres dan por supuesto que unas son injustas y otras justas. 
    105. Común es el principio y el fin en la periferia de un círculo. 
    106. ¿Cuál es su entendimiento o su pensar? Hacen caso a los aedos del pueblo y se dejan enseñar por la multitud, sin saber que “la mayoría son malos y pocos son buenos”. 
    107. Heráclito dice que Homero es astrólogo.
    108. Una sola es la naturaleza de todos los días. 
    109. Malos testigos para los hombres son los ojos y los oídos de lo que tienen almas bárbaras. 
    110. De cuantos he escuchado discursos, ninguno ha llegado hasta el punto de conocer que la sabiduría está separada de todas las cosas.
    111. Para los hombres no sería mejor que sucediera todo lo que desean. 
    112. La enfermedad ha hecho a la salud agradable y buena; el hambre, a la saciedad; la fatiga, al descanso. 
    113. Ser sabio es la mayor virtud, y la sabiduría consiste en decir la verdad y obrar según la naturaleza, estando a la escucha. 
    114. Común a todos es el pensar. 
    115. Es necesario que los que hablan con inteligencia se hagan fuertes en lo común a todos, tal como una ciudad en su ley, y con mucha mayor fuerza aún; pues todas las leyes humanas se alimentan de una sola, la divina; pues domina todo lo que quiere y les basta y les sobra a todas. 
    116. Propio del alma es una razón que se aumenta sí misma. 
    117. A todos los hombres les es dado conocerse a sí mismos y ser sabios. 
    118. Un varón, cuando se embriaga, es conducido por un niño impúber, tambaleándose, sin saber por dónde va, con su alma húmeda. 
    119. Brillo: un alma seca, la más sabia y la mejor. 
    120. El carácter para el hombre es su genio divino. 
    121. Límites de amanecer y de atardecer, la Osa y, frente a la Osa, el término del brillante Zeus. 
    122. Merecerían los efesios mayores de edad ser ahorcados todos, y dejarles la ciudad a los niños, ellos que a Hermodoro, el varón de más valía entre ellos, lo desterraron diciendo: “Que ninguno de nosotros sea el único de más valía; y si lo es, que lo sea en otra parte y con otra gente”. 
    123. Heráclito también dice aproximación. 
    124. A la naturaleza le place ocultarse. 
    125. El más bello universo es como amasijo de cosas esparcidas a voleo. 
    126. También el ciceón se descompone si no se remueve.
    127. Que no os falte riqueza, efesios, para que se vea lo malvados que sois. 
    128. Las cosas frías se calientan, las calientes se enfrían, las húmedas se secan, las áridas se humedecen.
    129. Pitágoras, hijo de Mnesarco, se ejercitó en la investigación más que todos los hombres, y tras haber seleccionado partes de estos libros, elaboró una sabiduría propia: erudición, arte fraudulento.
Algunos testimonios significativos de su filosofía 
  1. A6) Platón, Crátilo 402a: Todo se mueve y nada permanece y en el mismo río no nos bañamos dos veces. Aecio I 23, 7: Heráclito eliminó del universo la quietud y la estabilidad, pues esta condición es propia de los muertos, mientras que atribuyó movimiento a todos los seres, movimiento eterno a los seres eternos, perecedero a los perecederos. 
  2. A22) Aristóteles, Ética a Eudemo VII, 1, 1235a25: Y Heráclito reprocha al poeta que dijo: ¡Ojalá se extinguiera la discordia entre los dioses y los hombres! (Homero Ilíada XVIII 107). Pues no habría armonía si no hubiese agudo y grave, ni animales si no hubiese macho y hembra, que están en oposición mutua. 
  3. B10) Pseudo-Aristóteles, Sobre el mundo 396b7. Tal vez la naturaleza anhela los contrarios; y a partir de ellos logra la armonía y no por los semejantes, y así, sin duda, condujo al macho hacia la hembra y no a cada uno de ellos con su semejante; también concertó la concordia primera a través de los contrarios y no a través de los semejantes. 

Parménides:   

Los números
  1. Los caballos que me llevan me han conducido a donde deseaba mi corazón. Se han lanzado por el camino famoso de la divinidad que conduce al hombre sabio a través de todas las ciudades. Por él me han llevado los rápidos caballos que tiraban de mi carro. Las ninfas guiaban mis pasos. El eje ardiendo en los cubos, al rozar por ambos lados con las ruedas, lanzaba el grito estridente de la flauta. cuando las hijas de Helios, abandonando la mansión de la noche para guiarme hacia la luz, apartaron con sus manos los velos que cubrían sus cabezas. Allí se encuentran las puertas que dan a los caminos de la noche y del día; arriba una viga transversal, abajo un umbral de piedra. La puerta elevada está cerrada por fuertes hojas y Dike, que castiga severamente las faltas, guarda los cerrojos de doble vuelta. Las ninfas se dirigieron a ella con palabras dulces y consiguieron que descorriera el cerrojo de la puerta. Las hojas se abrieron de par en par, girando en sentido opuesto los goznes en los ejes de bronce sujetos por pernos. A través de las puertas, en línea recta, por la larga carretera, las jóvenes condujeron los caballos y el carro. La diosa me recibió con benevolencia, tomo mi mano derecha con la suya y me habló en estos términos.                 Bienvenido seas, joven a quien acompañan las aurigas inmortales, y a quien este carro trae hasta mi morada. Porque no es una suerte funesta la que te hizo tomar este camino tan alejado de los caminos frecuentados por los mortales, sino el amor a la justicia y a la verdad. Es necesario que aprendas a conocerlo todo, tanto el inconmovible corazón de la bien redondeada verdad, como las opiniones de los hombres. A éstas no hay que concederles ninguna convicción verdadera. No obstante, es necesario que las conozcas también, a fin de saber por medio de una información que lo abarque todo, qué juicio debes formarte sobre la realidad de estas opiniones.
  2. Por distantes que sean las cosas, contémplalas presentes a tu espíritu con certeza. Pues no conseguirás separar el ser de su continuidad con el ser, ni para dispersarlo, ni para reunirlo.
  3. Poco importa donde empiece, pues volveré aquí.
  4. Pues bien, voy a hablar. Tú escúchame y retén mis palabras, que te enseñarán cuáles son los dos únicos caminos de investigación que se pueden concebir. El uno, que el ser es y que el no-ser no es. Es el camino de la certeza, ya que acompaña a la verdad. El otro, que el ser no es y que necesariamente el no-ser es. Este camino es un estrecho sendero, en el que nada iluminará tus pasos. Ya que no puedes comprender lo que no es, pues no es posible, ni expresarlo por medio de palabras.
  5. Porque lo mismo es pensar y ser.
  6. Es necesario decir y pensar que lo que es, es, ya que el ser es y el no-ser no es; afirmaciones que te invito a considerar bien. En primer lugar, aparta tu pensamiento de este camino de investigación que acabo de condenar; haz lo mismo respecto de aquél por donde vagan errantes los hombres ignorantes, de doble cara.                                                                                                                   La perplejidad de su pensamiento empuja en todas direcciones a su espíritu inseguro; se dejan arrastrar, sordos y ciegos, atontados, muchedumbre sin discernimiento para la que ser y no-ser es lo mismo y no es lo mismo. Su opinión es que en todo existe un camino que se opone a sí mismo.
  7. No hay que temer que nadie pruebe jamás que lo que es no es. Tú aleja de tu espíritu este camino de investigación, y no dejes que la costumbre adquirida por múltiples experiencias te obligue a dirigir por este camino unos ojos ciegos, unos oídos sordos y unas palabras de un lenguaje vulgar. Sino que debes resolver el problema discutido que acabo de exponer por medio de la razón.
  8. No nos queda más que un camino que recorrer: el ser es. Y hay muchas señales de que el ser es increado, imperecedero, porque es completo, inmóvil, eterno. No fue, ni será, porque es a la vez entero en el instante presente, uno, continuo. Pues, ¿qué origen puedes buscarle? ¿Cómo y de dónde habrá crecido? No te dejaré decir ni pensar que es del no-ser. Ya que no puede decirse ni pensarse que no es. ¿Qué necesidad lo hizo surgir más pronto o más tarde, si viene de la nada? Así pues, es necesario que sea absolutamente, o que no sea en absoluto. Ningún poder me persuadirá a que deje decir que del no-ser podría nacer algo a su lado. Así la justicia no afloja sus lazos y no le permite nacer ni morir, sino que lo sujeta con firmeza. La decisión lleva a esto: es o no es. Por tanto, necesariamente hay que abandonar el camino impensable e innombrable, ya que no es el camino verdadero, y emprender el otro que es real. Pues, ¿cómo habría empezado en el pasado? Si ha empezado, no es. Y lo mismo si debe empezar algún día. Así está extinguida la generación y la destrucción es inconcebible. El ser tampoco es divisible, porque es todo él idéntico a sí mismo. No sufre ni aumento, cosa que sería contraria a su cohesión, ni disminución; sino que todo está lleno de ser. También es enteramente continuo, porque el ser es contiguo al ser. Por otra parte, es inmóvil, encerrado en la estrechez de poderosos lazos. No tiene principio ni fin, ya que hemos rechazado su nacimiento y su muerte, y a ellas repugna nuestra convicción verdadera. Permanece idéntico a sí mismo, en el mismo estado y por sí mismo. También permanece inmutable, en el mismo lugar, porque la poderosa necesidad lo mantiene estrechamente en sus límites que lo sujetan por todas partes. Por consiguiente, la justicia no es que el ser sea inacabado, ya que no le falta nada; porque de otro modo le faltaría todo.                                                                                                   El acto del pensamiento y el objeto del pensamiento son lo mismo. Sin el ser, en el que está expresado, no puede encontrarse el acto de pensar. Porque no hay nada ni nunca habrá nada fuera del ser, ya que el destino lo ha encadenado de modo que sea un todo inmóvil. Así pues todas estas cosas no son más que nombres instituidos por los hombres en su credulidad: nacer y morir, ser y no ser, cambiar de lugar y brillar con colores distintos.  Puesto que tiene un limite, el ser está acabado por todas partes, parecido a la masa de una esfera bien redondeada, que se equilibra a sí misma por todos lados. En efecto, es necesario que no sea mayor aquí y menor allí. Porque lo que no es no puede impedirle que se extienda de un modo igual, y lo que es no puede ser aquí más y allí menos que el ser, ya que todo él es inviolable. Allí donde está, igual a sí mismo por todos lados, ocupa igualmente sus límites.   Termino aquí mi discurso fidedigno y mis reflexiones sobre la verdad. Oye ahora las opiniones de los mortales. [...]


Protágoras:   

El hombre como medida de todas las cosas
  1. El principio filosófico más famoso de Protágoras alude al estatus del hombre enfrentado al mundo que lo rodea. Habitualmente se designa con la expresión Homo mensura («El hombre es la medida»), fórmula abreviada de la frase Homo omnium rerum mensura est («El hombre es la medida de todas las cosas»), que traduce al latín la sentencia original en griego. Esta última, según Diógenes Laercio, habría sido la siguiente:
    1. πάντων χρημάτων μέτρον ἔστὶν ἄνθρωπος, τῶν δὲ μὲν οντῶν ὡς ἔστιν, τῶν δὲ οὐκ ὄντων ὠς οὐκ ἔστιν‭
    2. El hombre es la medida de todas las cosas, de las que son en cuanto que son, de las que no son en cuanto que no son.
  2. La frase figuraba, según refiere Sexto Empírico, en la obra perdida de Protágoras "Los discursos demoledores", y ha llegado hasta nosotros a través de la transcripción de varios autores antiguos. Aparte de Diógenes Laercio, es citada por Platón, Aristóteles, Sexto Empírico y Hermias.



Gorgias:   

Tres tesis
  1. Tesis 1: Nada existe
    1. La primera tesis la defiende de la manera siguiente: si algo existe debería o bien ser eterno o no serlo, así como es de ser o no es de ser. Si fuese eterno, habría de ser infinito y, si fuese infinito, no podría estar en nada. Pero, lo que no está en nada no existe. Por otra parte, si no fuese eterno, debería haber comenzado a ser (debería haber nacido, haber sido creado), pero, para comenzar a ser, antes debería no ser, lo que es imposible, ya que el no ser no es (lo que no existe no puede engendrar la existencia). Así, ni es eterno ni tiene origen y, por tanto, no es. Nada puede existir.
    2. El también escéptico Sexto Empírico, quien conoció los escritos gorgianos, recoge la argumentación en su libro "Contra los matemáticos" de este modo:
      1. "Que nada existe es argumentado de este modo. Si existe algo, o bien existe lo que es o lo que no es, o bien existen tanto lo que es como lo que no es. Pero ni lo que es existe, como demostrará, ni lo que no es, como explicará, ni tampoco lo que es y lo que no es, punto éste que también justificará. No existe nada, en conclusión.
      2. Es claro, por un lado, que lo que no es no existe. Pues si lo que no es existiera, existiría y, al mismo tiempo, no existiría. En tanto que es pensado como no existente, no existirá, pero, en tanto que existe como no existe, en tal caso existirá. Y es de todo punto absurdo que algo exista y, al mismo tiempo, no exista. En conclusión, lo que no es no existe. E inversamente, si lo que no es existe, lo que es no existirá. Pues uno y otro son mutuamente opuestos, de modo que si la existencia resulta atributo esencial de lo que no es, a lo que es le convendría la inexistencia. Mas no es cierto que lo que es no existe y, por tanto, tampoco lo que no es existirá.
      3. Pero es que tampoco lo que es existe. Pues si lo que es existe, o bien es eterno o engendrado, o eterno o ingénito al tiempo. Mas no es eterno ni engendrado ni ambas cosas, como mostraremos. En conclusión, lo que es no existe.
      4. Porque si es eterno lo que es -hay que comenzar por esta hipótesis- no tiene principio alguno. Pues todo lo que nace tiene algún principio, en tanto que lo eterno, por su ingénita existencia, no puede tener principio. Y, al no tener principio, es infinito. Y si es infinito, no se encuentra en parte alguna. Ya que si está en algún sitio, ese sitio en el que se encuentra es algo diferente de él y, en tal caso, no será ya infinito el ser que está contenido, mientras que nada hay mayor que el infinito, de modo que el infinito no está en parte alguna. Ahora bien, tampoco está contenido en sí mismo. Pues continente y contenido serán lo mismo y lo que es uno se convertirá en dos, en espacio y materia. En efecto, el continente es el espacio y contenido, la materia. Y ello es, sin duda, un absurdo. En consecuencia tampoco lo que es está en sí mismo. De modo que, si lo que es eterno, es infinito y, si infinito, no está en ninguna parte, no existe. Por tanto, si lo que es, es eterno, tampoco su existencia es en absoluto.
      5. Pero tampoco lo que es puede ser engendrado. Ya que si ha sido engendrado, procede de lo que es o de lo que no es. Mas no procede de lo que es. Ya que si su existencia es, no ha sido engendrado, sino que ya existe. Ni tampoco procede de lo que no es, ya que lo que no es no puede engendrar nada, dado que el ente creador debe necesariamente participar de la existencia. En consecuencia lo que es no es tampoco engendrado.
      6. Y por las mismas razones tampoco son posibles las dos alternativas, que sea, al tiempo, eterno y engendrado. Pues ambas alternativas se destruyen mutuamente, y, si lo que es, es eterno, no ha nacido y, si ha nacido, no es eterno.
      7. Por tanto, si lo que es no es ni eterno ni engendrado ni tampoco lo uno y lo otro, al tiempo, lo que es no puede existir.
      8. Y, por otro lado, si existe es uno o es múltiple. Mas no es ni uno ni múltiple, según se demostrará. Por tanto, lo que es no existe, ya que si es uno, o bien es cantidad discreta o continua, o bien magnitud o bien materia. Mas, en cualquiera de los supuestos no es uno, ya que si existe como cantidad discreta, podrá ser separado, y, si es continua, podrá ser dividido. Y, por modo semejante, si es pensado como magnitud no deja de ser separable. Y, si resulta que es materia, tendrá una triple dimensión, ya que poseerá longitud, anchura y altura. Mas, es absurdo decir que lo que es no será ninguna de estas propiedades. En conclusión, lo que es no es uno. Pero ciertamente tampoco es múltiple.
      9. Pues, dado que la multiplicidad es un compuesto de distintas unidades, excluida la existencia de lo uno, queda excluida, por lo mismo, la multiplicidad.
      10. Que no existen, pues, ni lo que es ni lo que no es, resulta fácil de demostrar. Ya que si tanto lo que no es como lo que es existen, lo que no es será idéntico a lo que es en cuanto a la existencia. Y, por ello, ninguno de los dos existe. Que lo que no es no existe es cosa convenida. Y ha quedado demostrado que lo que es, en su existencia, es idéntico a lo que no es. Por tanto, tampoco él existirá. En consecuencia, si lo que es idéntico a lo que no es, no pueden existir el uno y el otro. Porque, si existen ambos, no hay identidad y, si existe identidad, no pueden ambos existir. De ello se sigue que nada existe."
  2. Tesis 2: Si algo existiese, sería incognoscible
    1. La segunda tesis parte de la afirmación de Parménides según la cual no es posible pensar el no ser. Pero, si el no ser no pudiese ser pensado, afirma Gorgias, no existiría el error. Dado que el error existe, se infiere que puede pensarse el no ser. Así, podemos decir que hay cosas no pensadas que existen, y cosas no existentes (como personajes míticos, por ejemplo) que pueden ser pensadas. De esta manera señala que existe una división entre pensamiento y ser y, por tanto, si algo existiese, no podría ser pensado. “Si lo pensado no existe, lo existente no es pensado”
    2. En palabras de Sexto Empírico:
      1. "A continuación debe demostrarse que, aun podría existir una oportunidad a cambio de perder muchas cosas, ésta es incognoscible e inconcebible para el hombre (...). Es una deducción exacta e impecable ésta: "si lo pensado no existe, lo existente no es pensado" (...) Es evidente que las cosas pensadas no existen. Pues, si en efecto, las cosas pensadas existen, todas las cosas pensadas deben existir, después que alguien las piense. Lo que es inverosímil, pues, de hecho no es verdad que si uno piensa hombres voladores o carros que corren por el mar, por eso solo un hombre vuele o los carros corran sobre el mar. Por lo cual no es verdad que lo pensado exista. Además, si lo pensado existe, lo no existente no podrá ser pensado, porque a los contrarios les corresponden atributos contrarios (...) por ello, si a lo existente le corresponde el ser pensado, a lo no existente le corresponderá el no ser pensado. Pero esto es absurdo, porque se piensa también a Escila y la Quimera y muchas otras cosas irreales. Por lo cual el ser no es pensado (...)"
  3. Tesis 3: Si algo fuese conocible, sería incomunicable
    1. La tercera tesis defiende que la palabra no comunica más que sonidos. Mediante el lenguaje no transmitimos colores, sabores, tamaños, etc., sino solamente sonidos (es decir, no transmitimos las cosas en sí sino solo palabras). Y, al igual que la vista no ve los sonidos, el oído no oye los colores. Con ello pone de manifiesto el divorcio existente entre signo y significado (entre el término que designa y el objeto designado), y destaca la imposibilidad de transmitir la realidad mediante la palabra.
    2. Esto se podría resumir en: 
      1. antítesis entre la exterioridad (respecto a nosotros) de la subsistencia de los objetos y la interioridad de la palabra; 
      2. imposibilidad, por ello, de que la palabra tenga la función de representar el objeto exterior, el cual, en cambio, tiene la función de revelarnos a nosotros la palabra, suscitándola por medio de las impresiones sensibles (los sentidos); 
      3. diferencia entre la subsistencia visible (los objetos) y auditiva (la palabra), e irrepresentabilidad recíproca.
    3. Dice Sexto Empírico:
      1. "Porque el medio con lo que nos expresamos es la palabra y ésta no es lo subsistente y el ser. Por tanto, no expresamos los seres reales a nuestro prójimo, sino palabras que son distintas a la realidad subsistente. Pues, tal como lo visible no puede transformarse en audible y viceversa, así el ser no puede transformarse en palabra nuestra, pues subsiste fuera de nosotros. Y no siendo palabra lo real no puede ser manifestado a los demás. La palabra, en efecto se organiza por las impresiones de los objetos exteriores sobre nosotros, es decir, por las sensaciones, pues de la acción del sabor, surge en nosotros la palabra que expresa tal cualidad, y de la impresión del color, la palabra del color. Si esto es verdad, no es la palabra representativa del objeto externo, sino que el objeto externo es revelador de la palabra. Y por lo tanto, ni aun se puede decir que, tal como subsisten los objetos visibles y los audibles, suceda así con la palabra también; de manera que pueda, por ser subsistente y real, revelar los objetos subsistentes y reales. Porque si también subsiste la palabra, en tal caso, es cosa diversa de los otros subsistentes (de las cosas mismas), y sobre todo, difieren los cuerpos visibles de las palabras: pues lo visible se percibe con un órgano distinto al que percibe la palabra. Por ello, la palabra no puede expresar la mayor parte de los objetos subsistentes, de la misma manera que ni aun éstos pueden manifestar unos la naturaleza de los otros."

Empédocles de Agrigento:   

"Sobre la naturaleza"

  1. Frg. 7.- Elementos eternos.
  2. Frg. 8.- Te diré otra cosa más: no hay nacimiento para ninguna de las cosas mortales; y no hay fin para la muerte funesta; hay solamente mezcla y separación de los componentes del conjunto. Nacimiento, no es más que el nombre que le dan los hombres a ese hecho.
  3. Frg. 9.- Cuando los elementos mezclados vienen a la luz del día bajo la forma de hombre, o de bestia salvaje, o de una planta, o de un pájaro, entonces decimos que hay nacimiento; cuando se separan, empleamos la palabra muerte dolorosa. Pero ese nombre no se justifica, aunque también yo siga al respecto la costumbre.
  4. Frg. 22.- Pues todos estos elementos: Sol, tierra, cielo y mar, están adaptados en sus diferentes partes para todo lo que anda por el mundo mortal. Y si todo lo que se muestra más propio de la mezcla se atrae recíprocamente, por la acción de la semejanza y del Amor, por el contrario lo que es enemigo de ella se mantiene a gran distancia; naturaleza, composición, formas que revisten, todo contribuye absolutamente a oponerse a la reunión, bajo el imperio del Odio que le ha dado nacimiento.
  5. Frg. 26.- Los elementos predominan alternativamente en el curso de un ciclo y desaparecen los unos en los otros o aumentan, según el signo fatal que les es asignado. Son siempre los mismos, pero circulan los unos a través de los otros, tomando la forma de hombres y de diferentes especies de animales. Tanto, por efecto de la Amistad, se reúnen para no formar más que un solo organismo, tanto por el contrario, por efecto del Odio que les opone, se separan hasta el momento en que la Unidad, realizada anteriormente, ha desaparecido por completo. Así en la medida en que lo Uno y lo Múltiple se constituye, en esta medida aparecen y no duran eternamente. Pero, en la medida en que ese cambio perpetuo no se detiene subsisten siempre en un ciclo inmutable. 


Anaxágoras de Clazomene:   

  1. Fragmento 1. -Todas las cosas estaban juntas infinitas en número y en pequeñez. Pues lo infinitamente pequeño existía también. Y en tanto las cosas estaban juntas, ninguna podía ser distinguida a causa de su pequeñez. El aire y el éter lo ocupaban todo, siendo ambos infinitos; pues, en todas las cosas, son éstas las que predominan por el número y el volumen.
  2. Fragmento 3.- Ya que, en lo que es pequeño, no hay un último grado de pequeñez, sino que siempre hay algo más pequeño. En efecto, no es posible que lo que es deje de ser, (en cuanto a la división). Igualmente, en relación con lo grande, siempre hay algo más grande y es igual a lo pequeño en cantidad y, por relación a ella misma, cada cosa es a la vez pequeña y grande.
  3. Fragmento 4.- Puesto que es así, tenemos que pensar que, en todos los compuestos, hay partes numerosas y de todas clases, semillas de todas las cosas, presentando formas, colores y sabores de todo tipo. Los hombres se han formado de la reunión de esas partes, así como todos los seres vivos que tienen alma. Esos hombres tienen ciudades en las que viven y campos cultivados como nosotros; tienen el Sol, la Luna y todo el resto como nosotros; la tierra les proporciona recursos numerosos y de todo tipo; y llevan a sus casas, para utilizarlo, lo que resulta más ventajoso para vivir. Mi opinión sobre esta separación es que se produjo no solamente entre nosotros, sino también por todas partes. Ante de esta separación, cuando todas las cosas estaban todavía unidas, ningún color, fue el que fuera, se mostraba. Lo que le impedía percibirlo, era la mezcla de todo, del húmedo con lo seco, de lo caliente y lo frío, de lo luminoso y lo sombrío. Además una gran cantidad de tierra estaba allí contenidas, y semillas en cantidad infinita y si semejanza las unas con las otras. En estas condiciones a que admitir que en el todo todas las cosas coexistían.
  4. Fragmento 6.- Y puesto que hay, en la pluralidad, igualdad en la división de lo grande y lo pequeño, puede haber también de todo en todo. Pero no es posible que algo sea aislado y todas las cosas tienen su parte de todo. Tercer momento en que no puede haber un último grado de pequeñez, las cosas no pueden estar separadas ni venir a la existencia. Es necesario que sean ahora como eran al principio, cuando estaban todas juntas. En todas las cosas hay, pues, pluralidad y, a la vez en la más grande y la más pequeña, igualdad en la pluralidad de cosas separados
  5. Fragmento 12.- Las otras cosas tienen una parte de todo; pero el Nous es infinito, autónomo y no se mezcla con nada; sólo él es sí mismo y por sí mismo, pues, si no fuera por sí mismo y si estuviera mezclado con cualquier otra cosa, participaría de todas las cosas en la medida en que estuviera mezclado con una de ellas. Pues, en todo, hay una parte de todo, como hemos dicho anteriormente. Y lo que estuviera mezclado al Nous le impediría tener poder sobre cada cosa, como lo tiene ahora estando sólo por sí mismo. De todas las cosas es la más ligera y la más pura; posee todo tipo de conocimiento y la fuerza más grande...

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